¡Quemadlo! ¡Quemadlo en la
hoguera! Eso es lo que desearían algunos
zamurdos, borricos y estúpidos fanáticos religiosos que han conseguido que
arresten al actor Willy Toledo por injuriar a dios y a su madre. Lógicamente,
al poco estaba el hombre en la calle
pero el ridículo internacional ya no tenía remedio. Medio mundo descojonado de risa. Las mentes
prodigiosas de esta iglesia hipócrita,
cruel, falsa y pederasta seguramente se
lamentan de no poder hacer ahora lo que han venido haciendo durante siglos:
acabar con todos aquellos que osan hacerles frente y poner en solfa sus
irracionales dogmas. ¡Tenemos que seguir
siendo la salvaguarda espiritual de Occidente, que para eso ganamos una guerra!
se autocomplacerán algunos.
Esta estúpida, irracional,
castrante, irritante y
anticonstitucional ley de ofensa al sentimiento religioso encuentra su parangón
en países de alto desarrollo cívico y social como Arabia Saudí, país con el que
nos llevamos de maravilla, pues coincidimos en muchos de los enfoques sociales
y religiosos, además de intercambios comerciales e industriales como el AVE,
los barcos de guerra y bombas, muchas bombas ( pero que sepáis que son para
autodefensa, no se vayan a creer que es para bombardear civiles y mucho menos
niños inocentes en Yemen)
Dado el nivel de cachondeo de las
leyes de este país que se pasan por el Arco del Triunfo ciertos valores de la
democracia como es la libertad de expresión (una cosilla sin importancia vaya, de hecho es lo primero que se cargan las dictaduras
cuando llegan al poder), yo me atrevo a seguir la guasa proponiendo una nueva
ley: Ley de protección a la inteligencia, la razón y la ciencia. Esta ley se
encargaría de sancionar y castigar ejemplarmente a todos aquellos que ofenden
al uso adecuado del cerebro y al raciocinio más elemental.
Para aplicarla, he aquí algunos
ejemplos que a mí me ofenden:
A los que adoran a una imagen de palo y yeso creyendo firmemente en sus
poderes sobrenaturales.
A los que les dan medallas a estas imágenes.
A los que las nombran alcaldesas perpetuas.
A los que se apoderan de las calles públicas durante una
semana para pasear sus imágenes.
A los que no se dan cuenta que han sido adoctrinados de
pequeños y que serían fervorosos practicantes de otra religión verdadera si hubiesen nacido en otro lado (Inglaterra,
Marruecos, India, Nepal, Chad, Vanuatu, etc.)
A los que adoctrinan a los pequeños. (He leído que en
Islandia no se permite el adoctrinamiento religioso hasta los 21 años, buen
ejemplo a seguir)
Peor todavía: Hacer lo mismo pero en escuelas e institutos.
Dejadlo para la Universidad, donde los chiquillos ya pueden pensar un poco por
si solos.
A los que se aprovechan de la inocencia e indefensión de los
menores para saciar y dar salida a la peor perversión sexual que existe: la
castidad impuesta para los representantes de su dios.
Y así podríamos seguir con un larguísimo etc., que no
continúo para no cansar. Ya sabéis, si os mola la idea, proponédsela a vuestros
representantes políticos que, a no dudar, se pondrán mano a la obra de forma
inmediata. Tened confianza, este es un país civilizado ¿no?