domingo, 4 de octubre de 2020

JOSÉ DE ESPRONCEDA Y EL TÍO DE LA TIZA

 

Canción del pirata

Con diez cañones por banda,
viento en popa a toda vela,
no corta el mar, sino vuela
un velero bergantín

bajel pirata que llaman,
por su bravura, el Temido,
en todo mar conocido
del uno al otro confín.

Los Duros Antiguos

Aquellos duros antiguos

que tanto en Cádiz dieron que hablar

los encontraba la gente

en la orillita del mar

fue la cosa más graciosa

que en mi vida

he visto yo


Cuando pensamos en piratas, nuestra imaginación se dirige, casi de inmediato, al mar y las islas del Caribe, quizá por la influencia que han ejercido la literatura y el cine que, a lo largo del tiempo, han ido modelando esta imagen en el imaginario colectivo. Pero piratas han existido, y aún existen, en muchos mares con mayor o menor incidencia en las poblaciones costeras locales. También en el mar de Alborán, Estrecho de Gibraltar y Golfo de Cádiz han tenido lugar terribles correrías de corsarios y piratas.

De estos últimos, el que más nos interesa conocer, por el tema que nos ocupa, fue un pirata gallego que capitaneaba, allá por finales del siglo XIX, el barco “La Burla Negra” y cuyo nombre era Benito Soto. Tras abordar, asaltar y pasar a cuchillo a las tripulaciones de numerosos barcos en aguas del Atlántico decidió poner rumbo al Sur y planear su derrota hacia el Estrecho, pensando en obtener numerosos y fáciles botines dado el intenso tráfico marítimo que existía en la zona.

Según diversos autores, este personaje fue la inspiración para que José de Espronceda compusiera su archiconocida poesía “La Canción del Pirata”

Ocurrió que, llegando a Cádiz, con mala mar, el piloto de “La Burla Negra” cometió un fatal error de bulto confundiendo las luces de los faros y encalló el buque en la zona de Cortadura, cerca de donde hoy se encuentra el Ventorrillo del Chato. Sin posibilidad de reflotar el barco, los tripulantes enterraron las riquezas acumuladas tras sus correrías y huyendo de los carabineros se refugiaron en Cádiz. Al poco tiempo fueron descubiertos y capturados, menos el capitán que logró huir y refugiarse en Gibraltar. Ninguno de ellos reveló el lugar exacto de la localización del tesoro, ni siquiera momentos antes del acto de ahorcamiento colectivo que tuvo lugar en las Puertas de Tierra. En cuanto al capitán Benito Soto, fue identificado en Gibraltar y extraditado a España, donde corrió la misma suerte que sus compañeros, aunque tampoco reveló el lugar de enterramiento de las riquezas obtenidas en sus acciones de piratería.

Tras el correr de los años, a comienzos del siglo XX, un trabajador, cavando con una pala, encontró unas monedas de plata que intentó mantener en secreto, aunque los compañeros no tardaron en enterarse del hallazgo y llevaron monedas y noticias a la ciudad de Cádiz. Allí se corrió la voz y, poco tiempo después, se podía ver en la playa cientos de personas excavando en la arena como poseídos utilizando todo tipo de utensilios. Las monedas eran reales de a ocho acuñados en México y de curso legal en aquel entonces. Algunos tuvieron éxito en la búsqueda u otros muchos no lograron más que puñados de arena. Ninguno se hizo rico en aquella aventura. Según los datos, se trataba de parte del tesoro de Benito Soto que los temporales se habían encargado de desenterrar y esparcir por toda la playa.

Al año siguiente, en el Carnaval, el coro de “Los Anticuarios” cantaba un tanguillo titulado “Los duros antiguos” compuesto por Antonio Rodríguez “El Tío de la Tiza” donde se narraba con la proverbial guasa gaditana el desarrollo de la locura colectiva que desató la búsqueda en la playa del tesoro de Benito Soto. Ha sido la canción más cantada, que se ha convertido en un auténtico himno del Carnaval y señal de identidad, no solo de la ciudad de Cádiz, sino de toda la provincia.

sábado, 3 de octubre de 2020

EL ESTRECHO DE GIBRALTAR Y EL DÓLAR

 

Muchas de las personas que vivimos en la comarca del Campo de Gibraltar no somos demasiado conscientes de la importancia natural e histórica del lugar que habitamos. La zona representa una crucial intersección de caminos entre dos continentes, Europa y África y dos grandes masas de agua, el océano Atlántico y el mar Mediterráneo, que se comunican a través del angosto paso del Estrecho de Gibraltar. Ello significa un pasaje de importancia singular si consideramos que es uno de los principales corredores migratorios tanto de aves, en dirección Norte-Sur, como de fauna marina en el eje Este- Oeste, en ambos sentidos según la estación del año.

   Y si nos centramos en la importancia histórica,  la privilegiada situación de nuestra tierra ha supuesto a lo largo del tiempo la sucesión de una amalgama riquísima de culturas, plagadas de acontecimientos y  hechos significativos cuya relación detallada ocuparía cientos de volúmenes.

   El símbolo destacado de la comarca son las columnas de Hércules, constituidas en la parte Norte por Calpe, en la actualidad el Peñón de Gibraltar y en la parte Sur por Abila, el monte Mussa (algunos historiadores consideran que sería el monte Hacho, en Ceuta, pero basta acercarse navegando al Estrecho desde el mar de Alborán para desestimar esa hipótesis, dado que prácticamente no se divisa comparado con la inmensa mole de la montaña vecina).

  La mitología griega explicaba la formación del Estrecho como uno de los trabajos de Hércules, quién, obligado a traer el ganado de Gerión desde las islas Gadeiras (actual Cádiz), abrió las puertas del océano y puso las columnas a modo de monumento en memoria de su gesta.

“fue el mismo Hércules quien separó los dos montes unidos (Abila y Calpe) como una cordillera continua y que así fue como al Océano, contenido antes por la mole de los montes, se le dio entrada a los lugares que ahora inunda: desde aquí el mar se difunde ya más extensamente y avanzando con gran fuerza recorta las tierras que retroceden y quedan bastante más alejadas”

            Pomponio Mela. Corografía, I5, 27

   La simbología de las columnas ha formado parte de numerosas representaciones, desde la delimitación del mundo antiguo conocido, hasta la inclusión de las mismas en escudos reales con el lema Plus Ultra, desde que la utilizo el rey Carlos I de España y sus descendientes, en escudo de armas de la nobleza y en representaciones de varias ciudades de Latinoamérica (Veracruz, Potosí, Trujillo, Tabasco, San Diego).  Forma parte significativa del escudo de España, del emblema de Andalucía, de la ciudad de Cádiz, de San Fernando, de Extremadura y de Melilla (curiosamente con el lema Non Plus Ultra)

   En el apogeo del imperio español, se representaban las columnas de Hércules en la moneda de plata denominada Real de a ocho que fue moneda de reserva (divisa principal) en todo el mundo durante tres siglos, desde el XV al XVIII. Fue relevada posteriormente por la Libra Esterlina y después por el Dólar americano. En comparación con una moneda germánica que también circulaba por los mercados americanos, la German Thaler, el Real de a ocho fue llamada comúnmente Spanish Thaler, que con el uso paso a Daller y finalmente a Dólar, nombre que mantuvo la moneda oficial americana hasta la actualidad.

   ¿Y qué tienen que ver nuestro Estrecho y las columnas de Hércules con la moneda americana?  En una simplificación simbólica, las dos columnas se convierten en dos líneas paralelas y la cinta las envuelve en forma de S. En el símbolo del dólar encontramos a la que es, sin duda, la mejor representación de nuestro Estrecho y nuestra comarca: las columnas de Hércules.

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