miércoles, 4 de septiembre de 2013

Cinco cosas peligrosas que debemos enseñar a nuestros niños

Después del período vacacional retomamos la publicación en el blog de aquellos temas interesantes que tengan que ver con la Psicología. Y nada mejor que empezar con un vídeo de la serie TED, donde se propone un tema relacionado con la autosuficiencia, la autonomía y el saber desenvolverse por la vida, que son las mejores herencias que podemos dejar a nuestros hijos. 

En esta nueva sociedad de presuntos pijos y nuevos ricos que nos hemos creado y creído a nivel general, donde priman la sobreprotección a los niños, el no enfadarlos (¡Usted no sabe cómo se pone! ¡Es qué no podemos con él (ella) cuando se enfada!) , el no demorarles las recompensas y refuerzos, la falta de tolerancia a la frustración, etc., es responsabilidad de los padres el proporcionar una adecuada educación o hacerlos unos inútiles consentidos de por vida.

Trascribo unos apuntes que tomé en un supermercado mientras esperaba para pagar y que reflejan a la perfección la mentalidad y la posición de algunos padres respecto a la educación de sus hijos.

"Una pareja está con una niña pequeña en la caja de un conocido supermercado. Al terminar la compra, la pequeña pasa la línea de cajas y se quiere llevar el pequeño carrito de plástico que la empresa pone a disposición de la clientela para compras pequeñas. El cajero advierte a los padres que dicho objeto no puede llevárselo y que tiene que ser devuelto para el uso de otros clientes. La chiquilla no para de decir: "¡Es mío, es mío!". Tras la advertencia del empleado, la madre se dispone a quitar el carrito de manos de la niña pero el padre se interpone en su camino y, con voz suplicante, le dice: ” Sería mejor que se lo quitara el cajero, no tú”. Supongo que el pensamiento de este progenitor rondaría la cuestión de que resultaría menos traumático para la niña que la dolorosa frustración fuese provocada por un ajeno desconocido y no por los padres, lo que podría causar un trastorno mental irresoluble para la tierna criatura. La madre, haciendo caso omiso al consternado padre (a la par de que se diese cuenta de que el cajero no se iba a prestar a semejante disparate), le quita el carrito a la niña para devolverlo a su lugar. Ante semejante injusticia a ojos de la pequeña, tras un pequeño carraspeo para aclarar la voz, prorrumpe en un agudo grito de protesta que hiela la sangre de todos los presentes, incluyendo a empleados y clientes de las secciones más apartadas del local comercial. Según parece, esta pequeña no está muy acostumbrada a que se le contradiga y se le pronuncie la palabra No”

Este vídeo que os propongo puede parecer muy progresista y rompedor pero, en realidad, lo que propone es que los niños tengan una infancia como la que tuvimos muchos de nosotros (los que peinamos canas) y nuestros padres y abuelos.

Para ver el vídeo pinchad AQUÍ

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