En un artículo aparecido en el diario El País, se exponen los resultados de la prueba de diagnóstico analizando datos comparativos entre comunidades autónomas. Así mismo, se discuten opiniones sobre los condicionantes y factores que influyen en los mejores o peores resultados.
Aunque la mayoría de las reflexiones son bastante acertadas, los resultados académicos, en mi opinión, están muy correlacionados con el clima escolar, con las condiciones de convivencia escolar y las formas de interrelación alumnos-profesores.
Para nada se contemplan las horas (muchas) que el profesorado tiene que invertir en tratar de conseguir un mínimo de disciplina, imprescindible para el trabajo escolar, sea directivo o participativo (no entramos en la calidad y los resultados de cada modalidad) y el tiempo que se dedica a este menester y que se resta, necesariamente, del horario escolar llamémosle productivo. Todo ello, además del desgaste profesional, psicológico e incluso físico que suponen las situaciones disruptivas que originan, afortunadamente, un número reducido de alumnos, pero que suponen una carga adicional de trabajo sumamente estresante para el profesorado.