sábado, 7 de febrero de 2015

LAS CREENCIAS IRRACIONALES BÁSICAS (IV y V)

LAS CREENCIAS IRRACIONALES BÁSICAS (IV y V)



Creencia irracional nº 4
“Las desgracias humanas suceden por causas externas y la gente tiene poca capacidad, o ninguna, para controlar sus penas y perturbaciones”

¿Por qué es irracional?
Aunque la mayoría de la gente pueda creer que las emociones negativas no se pueden cambiar y simplemente hay que sufrirlas, las técnicas psicológicas demuestran que es factible el poder cambiarlas o transformarlas.
Los ataques verbales de los demás nos afectarán sólo en la medida en que con nuestras valoraciones e interpretaciones le hagamos caso.
No son los sucesos lo que me duele sino la interpretación terrible, catastrófica o insoportable que yo haga de ellos.

Alternativas racionales
Un individuo, cuando experimente una emoción dolorosa, debe reconocer que es él mismo quien crea dicha emoción, y que, tal como  la origina, también puede modificarla, atenuarla, transformarla, acortarla o erradicarla.
Cuando un individuo observa de forma objetiva sus emociones dolorosas descubre los pensamientos y frases ilógicas que están asociados con esa emoción. Y cuando es capaz de cambiar sus propias verbalizaciones de forma radical, podrá transformar las emociones autodestructivas.

Creencia irracional nº 5
“Si algo es, o puede ser, peligroso o temible se debe estar terriblemente inquieto y preocupado por ello y pensar constantemente en la posibilidad de que ocurra”

¿Por qué es irracional?
Si se está muy preocupado por un asunto de riesgo, el nerviosismo impide ver realmente la gravedad del asunto.
La ansiedad intensa ante la posibilidad de que un peligro ocurra, impide afrontarlo con eficacia cuando realmente ocurre.
El preocuparse mucho de que algo suceda no solo no evita que ocurra, sino que a menudo contribuye a su aparición.
El inquietarse por una situación peligrosa conlleva el exagerar las posibilidades de que ocurra, aunque sea esto muy improbable.
Cuando han de venir acontecimientos inevitables como la enfermedad o la muerte de nada sirve el preocuparse anticipadamente por ellos. Habría  que distinguir entre el “ocuparse” y el “preocuparse”
La mayoría de los hechos temidos y peligrosos (como las enfermedades) son mucho menos catastróficos cuando ocurren de verdad, pero la ansiedad o el miedo de que sobrevengan constituyen algo incluso más doloroso, a veces,  que la propia situación temida.

Alternativas racionales
Comprender que la mayoría de las preocupaciones no las causan los peligros externos, sino la manera que tiene uno de hablarse a sí mismo.
Darse cuenta que los miedos no nos ayudan a evitar los peligros, más bien todo lo contrario.
Comprender que la mayoría de los miedos tienen su origen en el miedo a lo que los demás piensen de mí. Por tanto sería mejor darnos cuenta lo irracional de este argumento.
De vez en cuando hacer las cosas que más miedo le dan (como hablar en público, defender sus derechos o mostrar sus puntos de vista con superiores) para demostrarse que no son tan  terribles esos miedos.
No preocuparse por si miedos que parecían ya superados vuelvan a aparecer de nuevo. Sería muy conveniente trabajar para erradicarlos, afrontándolos hasta que ya no le afecten.





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