sábado, 3 de octubre de 2020

EL ESTRECHO DE GIBRALTAR Y EL DÓLAR

 

Muchas de las personas que vivimos en la comarca del Campo de Gibraltar no somos demasiado conscientes de la importancia natural e histórica del lugar que habitamos. La zona representa una crucial intersección de caminos entre dos continentes, Europa y África y dos grandes masas de agua, el océano Atlántico y el mar Mediterráneo, que se comunican a través del angosto paso del Estrecho de Gibraltar. Ello significa un pasaje de importancia singular si consideramos que es uno de los principales corredores migratorios tanto de aves, en dirección Norte-Sur, como de fauna marina en el eje Este- Oeste, en ambos sentidos según la estación del año.

   Y si nos centramos en la importancia histórica,  la privilegiada situación de nuestra tierra ha supuesto a lo largo del tiempo la sucesión de una amalgama riquísima de culturas, plagadas de acontecimientos y  hechos significativos cuya relación detallada ocuparía cientos de volúmenes.

   El símbolo destacado de la comarca son las columnas de Hércules, constituidas en la parte Norte por Calpe, en la actualidad el Peñón de Gibraltar y en la parte Sur por Abila, el monte Mussa (algunos historiadores consideran que sería el monte Hacho, en Ceuta, pero basta acercarse navegando al Estrecho desde el mar de Alborán para desestimar esa hipótesis, dado que prácticamente no se divisa comparado con la inmensa mole de la montaña vecina).

  La mitología griega explicaba la formación del Estrecho como uno de los trabajos de Hércules, quién, obligado a traer el ganado de Gerión desde las islas Gadeiras (actual Cádiz), abrió las puertas del océano y puso las columnas a modo de monumento en memoria de su gesta.

“fue el mismo Hércules quien separó los dos montes unidos (Abila y Calpe) como una cordillera continua y que así fue como al Océano, contenido antes por la mole de los montes, se le dio entrada a los lugares que ahora inunda: desde aquí el mar se difunde ya más extensamente y avanzando con gran fuerza recorta las tierras que retroceden y quedan bastante más alejadas”

            Pomponio Mela. Corografía, I5, 27

   La simbología de las columnas ha formado parte de numerosas representaciones, desde la delimitación del mundo antiguo conocido, hasta la inclusión de las mismas en escudos reales con el lema Plus Ultra, desde que la utilizo el rey Carlos I de España y sus descendientes, en escudo de armas de la nobleza y en representaciones de varias ciudades de Latinoamérica (Veracruz, Potosí, Trujillo, Tabasco, San Diego).  Forma parte significativa del escudo de España, del emblema de Andalucía, de la ciudad de Cádiz, de San Fernando, de Extremadura y de Melilla (curiosamente con el lema Non Plus Ultra)

   En el apogeo del imperio español, se representaban las columnas de Hércules en la moneda de plata denominada Real de a ocho que fue moneda de reserva (divisa principal) en todo el mundo durante tres siglos, desde el XV al XVIII. Fue relevada posteriormente por la Libra Esterlina y después por el Dólar americano. En comparación con una moneda germánica que también circulaba por los mercados americanos, la German Thaler, el Real de a ocho fue llamada comúnmente Spanish Thaler, que con el uso paso a Daller y finalmente a Dólar, nombre que mantuvo la moneda oficial americana hasta la actualidad.

   ¿Y qué tienen que ver nuestro Estrecho y las columnas de Hércules con la moneda americana?  En una simplificación simbólica, las dos columnas se convierten en dos líneas paralelas y la cinta las envuelve en forma de S. En el símbolo del dólar encontramos a la que es, sin duda, la mejor representación de nuestro Estrecho y nuestra comarca: las columnas de Hércules.

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