jueves, 22 de enero de 2015

LAS CREENCIAS IRRACIONALES BÁSICAS (I)

La psicología cognitiva-conductual establece que gran parte de los desequilibrios conductuales y emocionales se producen como consecuencia directa de un cuerpo de creencias y pensamientos automáticos, muchos de ellas irracionales, que nos conducen a un callejón psicológico sin salida del que es difícil salir sin ayuda. Esta forma de pensar va construyendo un edificio de esquemas mentales que determinan en gran parte nuestra conducta, ya que consideramos que son verdaderos y necesarios para nuestra vida. En la construcción de estos esquemas e ideas irracionales intervienen los valores familiares, la educación, los amigos, el cine, los medios de comunicación y, en general, todo aquellos valores y contravalores sociales donde se desarrolla nuestra existencia. Si llegan a provocarnos algún tipo de desequilibrio, hemos de actuar.  Para ello, y relatado en forma simplista, hemos de sustituir en nuestro acerbo cognitivo personal estas creencias irracionales por otras más adaptadas a la realidad.
Las principales las iré poniendo en el blog una tras otra, junto con sus alternativas más racionales.

Idea irracional nº 1: 

    Debo ser estimado, comprendido y aprobado por la mayor parte de las  personas que son significativas para mí.

 Porqué es irracional
 El exigir ser aprobado por todos es una meta inalcanzable.
Si se necesita de forma extrema la aprobación siempre se generará una preocupación por cuánto te aceptarán.
Es imposible que uno sea siempre simpático o agradable con los demás.
Aunque uno pudiera alcanzar la aprobación de muchos, eso exigirá una enorme cantidad de esfuerzo y energía.
El intentar ser aprobado por los demás generaría un servilismo y se  abandonarían las propias necesidades.
La incertidumbre de no conseguir la aprobación de los demás generaría un comportamiento inseguro y molesto perdiéndose, paradójicamente y debido a  ello, el interés de los demás

Alternativas racionales
El individuo no debería intentar erradicar todos sus deseos de aprobación, sino las necesidades excesivas de aprobación.

El individuo debería buscar más la aprobación por sus hechos, actividades y comportamientos que "por sí mismo".

El no ser considerado por los demás es algo frustrante pero no horroroso o catastrófico.

El individuo debería preguntarse: "¿Qué quiero hacer en el curso de mi relativamente corta vida?, más que ¿Qué creo que les gustaría a los demás que hiciera?

Para conseguir el respeto y la consideración de los demás, una de las mejores formas es proporcionarlo.

                                                                                                                                              (continuará)

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