sábado, 18 de diciembre de 2010

CONOCIENDO EL TRASTORNO DESAFIANTE OPOSICIONAL (TDO). Cuarta parte

Prevalencia del TDO


     El estudio de la prevalencia de los desórdenes de conducta tropieza con muchos problemas de medida, e incluso, de definición. Las variaciones entre los diferentes estudios se deben a diversos factores como el período de tiempo estimado, el tipo de informantes, los diagnósticos utilizados, los tipos de algoritmos, etc.



     Así, unos estudios estiman que del 2 al 16 por 100 de los niños (según los contextos) presentan un TDO (APA, 2000; Jensen, Watanabe, Richters, Cortés, Roper y Lau, 1995; Pelham, Gnagy, Greenslade y Milich, 1992). Otros estudios epidemiológicos calculan la existencia de los trastornos perturbadores de la conducta en el 3,2 % de los niños de 10 años (Fernández, E. y Olmedo, M.; 1999). En niños mayores de esta edad el porcentaje sube hasta el 6,7 %, encontrándose una prevalencia media de un 5,5 % global en los niños entre 4 y 16 años. En cuanto a la diferencia entre trastornos, hay estudios (Anderson, Williams, McGee y Silva, 1987) que encuentran un 5,7 % para el TDO y 3,4% para el TC en muestras de niños de 11 años. Otros (Kashani, Beck, Hoeper, Fallahi, Concoran, McAllister, Rosenberg y Reid, 1987) obtienen 8,7 % para el TDO y 6 % para el TC, en muestras de 14 a 16 años. Lahey et al. (1999) señalan para los distintos tipos de problemas de conducta las siguientes cifras: para el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, un rango que va desde el 0,0 % hasta el 16, 6 %, con una media de 2,0 %; para el Trastorno de Conducta, los límites van desde el 0,0 % hasta el 11,9 %, con una media de 2,0 % y finalmente, para el TDO, el rango oscila desde el 0,3 % que Lewinson, Hops, Robert, Seeley y Andrews (1993) propugnan en uno de sus trabajos, hasta el 22,5 % de Velez, Johnson, y Cohen (1989); la media la establecen en el 3,2 %.

     En España, sobre muestras de niños de 14 a 17 años se encuentran conductas disociales moderadas en más del 80 %, al menos en una ocasión, y casi el 50 % con una cierta frecuencia; se presentan alguna vez conductas disociales severas en el 50 % en actos de vandalismo y agresión y el 25 % en robos. Los chicos son los que con más frecuencia presentan estas conductas, (Mirón, Serrano, Godás y Rodríguez, 1997).

     La frecuencia entre los niños y las niñas se establece a favor de los chicos en una relación 5:1 que encuentra una posible explicación en la diferente socialización de los sexos aunque también podría tener una base biológica en la diferencia de agresividad que generan los andrógenos.

     Todos estos datos deben ser tomados con las debidas reservas, ya que nos encontramos con una gran variación de los criterios a lo largo del tiempo y, además, existen cambios en el comportamiento dependiendo de la edad y el sexo.

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